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jueves, 26 de diciembre de 2013

Alumnos del posgrado de Educación Artística visitan el taller

El pasado sábado 21 de diciembre recibimos  la última visita del año a los talleres de la exposición Ops, El Roto, Rábago. Un viaje de mil demonios y un par de ángeles.

Las profesionales que llevamos a cabo este trabajo nos sentimos orgullosas de recibir una visita tan destacada: los estudiantes de la 13ª edición del Diploma en Educación Artística y Gestión de Museos de la Universitat de València vinieron a conocer un poco más a fondo nuestro taller de mano del profesor Luis Noguerol, antiguo alumno del mismo y fundador de la empresa Culturama.

A su llegada, los alumnos disfrutaron de tiempo para visitar la exposición por su cuenta; después pasamos al espacio del taller en la Sala Demetrio Ribes y tuvimos la oportunidad de compartir con ellos nuestra experiencia acerca de la creación de talleres didácticos, en este caso concreto, la adaptación de un taller que venía preconcebido de antemano.


Si tuviéramos que rescatar una duda generalizada entre todos ellos, podríamos resumirla en la siguiente cuestión: ¿Qué hay o qué sucede entre la primera idea y el resultado final del taller? La respuesta no es sencilla. Como en cualquier proceso creativo, gran parte del trabajo es de investigación y también de evocación hasta cierto punto. Partimos de la base de que la figura del educador es fundamental en la misma gestación de la exposición o muestra cultural para la que trabajemos,  y siempre se nutre de la temática de la misma. A partir de estas premisas, trabajamos con los conceptos que consideramos clave para despertar el interés del público, y con ellos realizamos una lluvia de ideas. Una vez realizados estos pasos debemos organizar todas las ideas y recoger el fruto de la lluvia, siempre provechoso.

Todas esperábamos esta visita con mucha ilusión, ya que nosotras mismas realizamos el posgrado en Educación Artística hace apenas dos años, y creo que podemos decir que nos cambió la vida, profesional y personalmente.

Ha sido todo un lujo poder compartir inquietudes y puntos de vista con los futuros educadores de museos.


Bajo mi punto de vista, se han juntado dos emociones muy fuertes al reunirnos: por una parte el sentimiento de conexión entre los profesionales de la didáctica, fruto de la buena comunicación que se dio ese día en el taller; por otra, la confianza y seguridad de que el futuro de la didáctica está en buenas manos con los próximos educadores de museos que tuvimos el placer de conocer. 

Reseña escrita por Isabel Puig

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