El pasado sábado
21 de diciembre recibimos la última
visita del año a los talleres de la exposición Ops, El Roto, Rábago. Un viaje de
mil demonios y un par de ángeles.
Las profesionales
que llevamos a cabo este trabajo nos sentimos orgullosas de recibir una visita
tan destacada: los estudiantes de la 13ª edición del Diploma en Educación Artística y Gestión de Museos de la
Universitat de València vinieron a conocer un poco más a fondo nuestro taller de mano del profesor Luis Noguerol, antiguo alumno del mismo y fundador de la
empresa Culturama.
A su llegada, los
alumnos disfrutaron de tiempo para visitar la exposición por su cuenta; después
pasamos al espacio del taller en la Sala Demetrio Ribes y tuvimos la
oportunidad de compartir con ellos nuestra experiencia acerca de la creación de
talleres didácticos, en este caso
concreto, la adaptación de un taller que venía preconcebido de antemano.
Si
tuviéramos que rescatar una duda generalizada entre todos ellos, podríamos
resumirla en la siguiente cuestión: ¿Qué
hay o qué sucede entre la primera idea y el resultado final del taller? La respuesta no es sencilla. Como en cualquier proceso creativo, gran parte del
trabajo es de investigación y también de evocación hasta cierto punto. Partimos
de la base de que la figura del educador es fundamental en la misma gestación
de la exposición o muestra cultural para la que trabajemos, y siempre se nutre de la temática de la misma.
A partir de estas premisas, trabajamos con los conceptos que consideramos clave
para despertar el interés del público, y con ellos realizamos una
lluvia de ideas. Una vez realizados
estos pasos debemos organizar todas las ideas y recoger el fruto de la lluvia,
siempre provechoso.
Todas
esperábamos esta visita con mucha ilusión, ya que nosotras mismas realizamos el
posgrado en Educación Artística hace
apenas dos años, y creo que podemos decir que nos cambió la vida, profesional y
personalmente.
Ha sido todo un
lujo poder compartir inquietudes y puntos de vista con los futuros educadores
de museos.
Bajo mi punto de
vista, se han juntado dos emociones muy fuertes al reunirnos: por una parte el
sentimiento de conexión entre los profesionales de la didáctica, fruto de la
buena comunicación que se dio ese día en el taller; por otra, la
confianza y seguridad de que el futuro de la didáctica está en buenas manos con
los próximos educadores de museos que tuvimos el placer de conocer.
Reseña escrita por Isabel Puig
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